GUÍA PARA TENER CONVERSACIONES RESPETUOSAS SOBRE INMIGRACIÓN
GUÍA PARA TENER CONVERSACIONES RESPETUOSAS SOBRE INMIGRACIÓN
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Guía para tener conversaciones respetuosas sobre inmigración (PDF)
Pocos problemas en nuestra sociedad están igual de polarizados como el tema de la inmigración. Muchos estadounidenses tienen una fuerte reacción y opinión ante la mención de este tema, y muchos cristianos evitan hablar de inmigración por completo, ya que no quieren provocar una discusión divisoria.
Pero el tema de inmigración es, en realidad, mucho más que un simple tema político: es un tema bíblico, con ramificaciones misionales y significativas para la iglesia de los Estados Unidos. Si los seguidores de Cristo no nos involucramos en un diálogo de respeto mutuo sobre este tema, especialmente con aquellos que no estamos de acuerdo, el discurso dentro de la iglesia simplemente reflejará el estado dividido de nuestra sociedad en su conjunto, desprovista de sabiduría bíblica. Mientras los cristianos razonen juntos, con la ayuda de las Escrituras y el Espíritu Santo, creemos que es posible tener más opiniones en común sobre el tema de inmigración de lo que muchos podrían suponer inicialmente.
Hemos diseñado esta guía para alentarlo a tener conversaciones difíciles sobre inmigración, con el propósito de que estén arraigadas en la gracia y verdad de Cristo, y diseñadas para fomentar el respeto mutuo, el discurso caritativo y la comprensión. Ya sea que esté participando en conversaciones con miembros de la familia, compañeros de iglesia o incluso en las redes sociales, oramos para que estas sugerencias faciliten las discusiones en honor a Dios. Oramos para que esta guía le ayude a reflejar el amor de Cristo no solo en el mensaje que está compartiendo, sino también en la forma de participar con los demás.
1. COMENZAR CON ORACIón
Antes de participar en una discusión potencialmente polémica, es aconsejable comenzar con una oración.
El salmista David nos da un lenguaje para invitar a Dios a examinar nuestro corazón:
Examíname, oh Dios, y sondea mi corazón;
Ponme a prueba y sondea mis pensamientos.
Fíjate si voy por mal camino,
y guíame por el camino eterno.
(Salmos 139: 23-24 NVI)
Debemos pedirle a Dios que nos ayude a evaluar correctamente nuestras propias motivaciones, asegurándonos de que estén arraigadas en el amor de Dios tanto por los inmigrantes como por aquellos con quienes no estamos de acuerdo; no con un sentido de orgullo o justicia propia. Nuestro objetivo debe ser ‘‘llevar cautivo todo pensamiento’’ (2 Corintios 10:5) a la autoridad de Cristo, no ganar una discusión o humillar a otra persona. Si bien puede haber momentos en los que el enojo es una respuesta natural a la injusticia, las Escrituras nos instruye a no permitir que el enojo nos lleve a dar una respuesta pecaminosa (Efesios 4:26).
2. ELIGir CUIDADOSAMENTE CON QUIÉN PARTICIPAR
No debe sentirse responsable de participar en esta conversación con personas con las que se encuentre. A veces, la elección más sabia es no participar en absoluto, o al menos no profundamente, especialmente en las redes sociales.
Antes de decidir hablar sobre inmigración con alguien, le recomendamos tener en cuenta algunas cosas: ¿Cuál es su relación con el posible interlocutor? ¿Es alguien con quien se está lo suficientemente cerca como para respetar su perspectiva y ser auténtico? ¿Es posible tener la conversación en persona, en lugar de en línea?
Reflexione genuinamente sobre su propia motivación para tener la conversación. ¿Es para probar un punto o para buscar comprender y ser comprendido?
¿Está preparado para aprender de la otra persona de la misma manera que espera que aprendan de usted?
¿Está en el espacio emocional para entablar la conversación de una manera similar a la de Cristo?
¿Está dispuesto a ‘’jugar a largo plazo’’ con esta persona y potencialmente tener múltiples conversaciones durante un período prolongado de tiempo?
Recomendamos seguir adelante con la conversación después de haber considerado algunas de estas cosas cuidadosamente y haber tomado la decisión consciente de participar de una manera que honre a Dios. A veces, el mejor camino es participar más tarde, cuando el entorno se más propicio para una conversación positiva.
3. No intentar “ganar”
En lugar de ‘‘ganar’’ la conversación, su objetivo debe ser comprender la perspectiva de la otra persona y que ellos comprendan la suya. Incluso si seguimos todos los consejos de esta guía a la perfección, la otra persona podría dejar la conversación sin estar convencida de lo que decimos. ¡Esto está bien! Es mucho más importante comprometerse con amor, empatía y respeto que poner a la otra persona ‘‘de su lado’’ al final de una conversación. Estos esfuerzos a menudo requieren tiempo y varias conversaciones adicionales antes de que las personas cambien. Como seguidores de Jesús, ponemos nuestra confianza en el Espíritu Santo para cambiar el corazón y la mente de las personas, lo que a menudo ocurre fuera de nuestro marco de tiempo ideal.
4. Escuchar con empatíA
Parte de la razón por la que el tema de la inmigración puede ser tan difícil de discutir, es porque se entrelaza con preocupaciones, temores, esperanzas y sueños muy personales. Es vital que escuchemos genuinamente a los demás, no para refutar y ganar una discusión, sino para comprender genuinamente las experiencias, los miedos subyacentes y las suposiciones que han dado forma a la perspectiva de otra persona. No hay necesidad de afirmar que estamos de acuerdo con sus preocupaciones, pero si queremos ‘‘mostrar el debido respeto a todos’’ (1 Pedro 2:17), debemos buscar comprenderlos. Trate de escuchar más antes de ofrecer una respuesta. Mostrar empatía a las personas nos ayuda a salvar las divisiones y eliminar los prejuicios, creando una base sólida para las conversaciones dentro de las relaciones. Considere responder con afirmaciones, por ejemplo: ‘‘Cuéntame más sobre eso’’. ‘’¿Cómo te hacer sentir eso?’’ ‘’¿Por qué crees que te sientes así?’’
5. HACER PREGUNTAS CON BONDAD
En lugar de responder con su propia opinión, intente hacer preguntas que exploren más a fondo la comprensión y la experiencia de la otra persona. Considere usar un tono curioso y tranquilo que comunique su auténtico deseo de aprender más. Algunas preguntas útiles pueden incluir:
‘’ ¿Alguna vez ha estado en una circunstancia en la que era un recién llegado o se sentía fuera de lugar?’’
‘’ ¿Qué factores cree que influyen más en su perspectiva? ¿Su experiencia personal con inmigrantes? ¿Los medios de comunicación? ¿La biblia?’’
‘’ ¿Cómo cree que podría responder si se enfrentara a las circunstancias en las que se encontraban muchos inmigrantes antes de su decisión de venir a los Estados Unidos?’’
‘’ ¿Puede hablarme de un inmigrante que conozca en nuestra comunidad con el que haya trabajado, servido o del que haya aprendido?’’
6. ENFATIZAR LAS COMONALIDADES
Debemos priorizar la búsqueda de valores comunes con nuestro interlocutor como base para el diálogo. Utilice afirmaciones como: ‘‘Sé que compartimos muchos de los mismos valores’’ o ‘‘Eres una persona muy compasiva’’. Si hace este esfuerzo para sacar lo mejor de alguien de una manera genuina, será de gran ayuda para tener una conversación productiva.
También debe animar a otros a reconocer los puntos en común con los inmigrantes; que son, ante todo, personas hechas a imagen de Dios, imperfectas como el resto de la humanidad, pero probablemente motivadas por las mismas dinámicas y valores que guían a la mayoría de los ciudadanos estadounidenses: preocupación por sus familias, seguridad, capacidad de crear una vida mejor, y en muchos casos, su fe en Dios. Cuando se habla de inmigración con otros cristianos, a menudo es útil enfatizar que muchos inmigrantes llegan a EE.UU con una fuerte fe cristiana (y muchos otros se encuentran con Jesús al llegar a los EE.UU., pero es más probable que eso sea cierto cuando son acogidos por cristianos). Muchos inmigrantes no cristianos también comparten valores familiares profundamente arraigados que también son importantes de enfatizar.
7. COMPARTIR SU HISTORIA Y EXPERIENCIA PERSONAL
Si bien puede haber un lugar para compartir estadísticas u otros hechos, en una era de ‘’hechos alternativos’’, muchas personas se muestran escépticas ante la información de los informes de noticias o la opinión de los políticos. Sin embargo, con lo que es más difícil estar en desacuerdo es con su propia experiencia personal: hable sobre su propia experiencia con inmigrantes o sobre inmigración, algo que aprendió y cambió su perspectiva, o (con permiso o de manera anónima) sobre las experiencias de las personas y familias que ha conocido, las cuales podrían no encajar en los estereotipos negativos de inmigrantes que por lo general son comunes en los medios de comunicación. No es necesario que tenga respuestas a todas las preguntas o que comprenda completamente cómo funcionan las leyes o políticas de inmigración de EE.UU, pero siempre puede volver a su propia experiencia si lo encuentra necesario. Si surgen preguntas sobre la inmigración, hemos creado este manual que puede utilizar y compartir libremente.
8. REGRESar A LA BIBLIA
Suponiendo que está participando en una conversación con alguien que comparte su fe cristiana, anímelo constantemente a basar la conversación y su punto de vista sobre los inmigrantes/ inmigración en la verdad bíblica y no en puntos políticos. Las Escrituras están repletas de los mandamientos de Dios a su pueblo sobre amar al ‘‘extranjero en la tierra’’ y practicar la hospitalidad (literalmente) y el amor a los extraños. Podemos y debemos tratar de obedecer estos mandamientos al mismo tiempo que reconocemos las diversas enseñanzas bíblicas que nos obligan a respetar a las autoridades gobernantes y su papel en el mantenimiento de la seguridad y el orden. Más recursos bíblicos están disponibles en: www.EvangelicalImmigrationTable.com/resources.
Nos encantaría responder cualquier pregunta que pueda tener mientras participa en estas conversaciones o escuchar historias sobre cómo van sus conversaciones con los demás sobre el tema de la inmigración. En caso de ser así, nos puede enviar un correo a info@evangelicalimmigrationtable.com.
Le agradecemos a Stephany Ordoñez por esta traducción.
